"Entra, desconocido, pero ten cuidado con lo que le espera al pecado de la codicia, porque aquellos que toman, pero no se lo han ganado, deberán pagar en cambio mucho más, así que si buscas por debajo de nuestro suelo un tesoro que nunca fue tuyo, ladrón, te lo hemos advertido, ten cuidado de encontrar aquí algo más que un tesoro..."

miércoles, 4 de agosto de 2010

APRENDER A SER FUERTES


Siempre nos decepcionamos cuando no conseguimos lo que queremos, o cuando algo que habíamos mantenido con tanto esfuerzo se desmorona frente a nuestros ojos.

Quedamos alicaídos, tristes, afectados, por cosas que tal vez no tenían solución alguna y que nosotros mismos, tal vez ciegos, tal vez obsesionados, tal vez engañados por nuestros propios pensamientos, creíamos reparables, sostenibles, estables.

Siempre nos jugamos esas malas pasadas a nosotros mismos, queremos convencernos de que tenemos la culpa, de que no pudimos con ello, cuando a veces realmente tenemos la menor parte de la culpa, o no tenemos culpa alguna…

Y nos derrumbamos, sin sentido… Nos derrumbamos sin fundamentos…

En el momento en el cual deberíamos ser más fuertes y meditar acerca de por qué las cosas ocurrieron como ocurrieron, y de cuáles fueron las cosas que llevaron a tal desenlace…

Solo tenemos que mirar para adelante, demostrarle al dolor y a la confusión que somos más fuertes que ellos, convencernos a nosotros mismos de que la vida sigue, de que hay que tener la frente bien alta y recordar de que si la vida nos niega algo, es porque nos está esperando con algo mucho mejor y que si nos cierra una puerta, más que seguro que nos abre una ventana…

Nada ni nadie debería lograr que nosotros caigamos más abajo que el suelo, en lo más profundo de nuestro ser para cuestionarnos nuestro accionar y nuestras buenas intenciones.

Por eso, tenemos que estar seguros de estar haciendo lo correcto en su momento, para luego poder decir con orgullo que siempre hicimos nuestro mejor esfuerzo y pusimos todo de nosotros para que las cosas salieran bien.

Nadie se merece tanto sufrimiento, en cambio, todos se merecen ser felices y poder sonreír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario