En el silencio de un enorme jardín, una hermosa flor llora. Brillantes y perladas lágrimas recorren sus dorados pétalos, para caer pesadamente en el verde pasto que todo lo rodea.
Le han mentido, y eso le duele, saberse engañada durante tanto tiempo, por alguien sin corazón, un iluso, un embaucador, un tonto. Toma demasiado en serio las palabras de aquellos que solo quieren herirla, y eso la lastima, la debilita, la mata.
“¿Por qué lloras, bella flor?” una voz suave le pregunta. “Por despecho, me han mentido”, responde con dificultad. Le cuenta toda su historia, y él la oye con atención, sin interrumpirla y con extrema paciencia.
“Has de hacer oídos sordos a palabras tan idiotas, has de ignorar a aquellos que lo único que buscan es lastimarte y verte sufrir. Deberías saber que esas palabras son vacías, pues eres maravillosa, la más hermosa del jardín, brillante como una gema, radiante como el mismo sol, y aquel que no sepa verlo tarde o temprano se arrepentirá. No llores más, no vale ni una sola de esas lágrimas”.
Buscando con sus palabras devolverle el ánimo y la sonrisa a la triste flor, le dice por último, antes de marcharse:
“No hay nada más triste que ver a una hermosa flor marchita, derrochando las gotas de rocío, dejándolas caer, cuando debería tomarlas para crecer y florecer. Nadie que te valore te hará sentir mal, y quien no te valore, tus lágrimas no merece. Si me necesitas, búscame y yo vendré, pues contigo siempre estaré, en los buenos y malos momentos, mi vida compartiré”.
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Me re gusta tu blog Shorshi!
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