
Me muevo, lentamente, y atravieso la siguiente puerta, que me lleva a la habitación. Nada cambia mucho: desde el armario hasta las camas, todo de cabeza. Las luces, iluminan el techo en vez del suelo, y podría jurar que la ropa que está dentro del mueble, está colgada hacia arriba.
Se vuelve el baño mi objetivo; ¿qué es lo que está pasando aquí? ¿Acaso me perdí de algo? Me asomo por la puerta y enciendo la luz. Un resplandor cerca de mi pie izquierdo responde a esta acción: nuevamente las cosas de cabeza. El agua fluye limpia y cristalina del inodoro, y va a dar contra el suelo, salpicando mis zapatillas. Resulta imposible abrir una canilla, el agua simplemente cae sobre uno. Los limpiadores y desodorantes, están todos magullados y regados por doquier, y las cortinas se retuercen en todas direcciones; eso si, suben, no caen.
Todo esto ya me está mareando, y no le encuentro explicación. Regreso hacía la primera habitación, intento dar vuelta una silla. No lo logro, así que me siento en el suelo, y contemplo el techo, donde deberían estar las lámparas. Entonces me pongo a pensar, "¿qué es eso que no logro descubrir? ¿Cuál es el secreto de estas habitaciones tan extrañas?". Abatido, cierro los ojos, y cuando los abro, ya no estoy ahí: estoy sentado en una silla, estoy en el lugar donde siempre estuve, donde estaba antes de cerrar los ojos por primera vez.
Entonces lo comprendí. Había estado quieto todo el tiempo, y la solución a las intrigantes habitaciones me llegó en una ráfaga de inspiración.
Yo había estado dentro de mi cabeza todo ese tiempo, lo que quería decir...
QUE MI CABEZA ESTA DADA VUELTA.
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