
Muchos, cientos, miles, millones de sentimientos que se agolpan, se empujan y se arremolinan en mi interior. Todos quieren salir a un tiempo y la puerta es tan pequeña que les resulta imposible abrirse paso unos por encima de otros. Se han quedado atascados en el marco, maldiciendo por lo bajo y forcejeando inútilmente. No están ni fuera ni dentro, debe ser por eso que siento esta sensación de vacio lleno hoy. No suena lógico, pero nadie dijo que lo fuera, simplemente es y ni siquiera yo tengo por qué entenderlo.
Necios, torpes, no encuentran la manera de abrirse paso hacia el exterior, y a cada momento me confunden más, me aturden, me llenan de preguntas. No se que es lo que buscan, y lo que es peor, dudo mucho que ellos mismos sepan lo que están buscando. No se si dudan, si no se deciden, o si directamente no tienen propósito, o el mismo no es otro que volverme loco.
Odio, amor, vergüenza, envidia, nostalgia, tristeza, dolor, son algunos de tantos que quieren profanar el umbral, el único escape a un mundo que no conocen, o que si conocen, pero que no han visitado.
Desesperados parecen por querer huir, y sin embargo, ahí están, prácticamente adentro, prácticamente afuera, intentando lo imposible, no logrando lo inlograble.
Quisiera poder comprender que es esto que me confunde tanto, que me enreda los pensamientos, que teje capas indescifrables sobre mi mente, que no me deja ver con claridad qué es lo que está pasándome, que nubla mis ojos cual bruma espesa, que adormece mis sentidos, que idiotiza la razón.
Quisiera saber que me pasa, para poder darle otro rumbo, otro destino a este malestar. Los sentimientos luchan para salir, aunque lo más probable es que no lo logren. Lo único que le pido a las estrellas es que por favor hagan que decidan algo. Que salgan y salten libres, o que regresen a donde pertenecen, me es indistinto mientras esta extraña sensación desaparezca de una vez.
Dentro, muy dentro mío, mi corazón se esfuerza por entender y ruega por encontrar la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario