
Amor, ciencia inexacta, delirio masivo, creador de ilusiones, rompecorazones, emoción fatal, sentimiento hermoso, dulce y universal…
Todo el mundo está en busca del amor perfecto, aún sabiendo que “nadie es perfecto”…
Sin embargo, el amor es una de las pocas circunstancias que admite la perfección, pues no importa quien sea esa persona, ella se vuelve perfecta una vez que te enamoras, englobando virtudes y defectos… “defectos”, llamémosle, a falta de una palabra más adecuada para nombrar esos pequeños caprichos que hicieron aún más fuerte el sentimiento…
La perfección es relativa, la persona perfecta es invisible a nuestros ojos hasta que por fin descubrimos que ES PERFECTA PARA NOSOTROS, todo lo que antes no nos gustaba de ella, ahora pasa a ser lo que nos inclinó a elegirla…
Dicen que el amor es ciego, pero no hay cosa que te haga abrir más los ojos que estar con ella, tenerla entre tus brazos, disfrutar cada segundo como si fuera el último de la vida, transformando un segundo en un minuto, un minuto en una hora, una hora en un día…
No hay razón para el amor, pero el amor es una razón, una razón para estar bien, para sonreír, para vivir la vida de forma diferente, ver las cosas color de rosa, aunque no siempre lo sean, te cambia la cara compartir las cosas con esa persona especial, sean alegrías, sean desencantos, pues el compartir alegrías, las hace doble alegría, y compartir desencantos, los reduce a la mitad…
¿Crees realmente en el amor verdadero, en el amor perfecto? Es algo impensado, pero real…
En algún lugar, está ella, la media naranja, la que te complementa, la que te completa, esa persona que logra que uno más uno, sean uno…
En algún lugar, esta el amor perfecto…
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