"Entra, desconocido, pero ten cuidado con lo que le espera al pecado de la codicia, porque aquellos que toman, pero no se lo han ganado, deberán pagar en cambio mucho más, así que si buscas por debajo de nuestro suelo un tesoro que nunca fue tuyo, ladrón, te lo hemos advertido, ten cuidado de encontrar aquí algo más que un tesoro..."

domingo, 2 de enero de 2011

DESHOJANDO MARGARITAS


La vida es así, un ida y vuelta, un día me siento bien, un día me siento mal. Llego a pensar que el problema soy yo, pero, ¿quién sabe?

Es así como a veces me cuesta creer en las cosas, y me cuesta decidir otras tantas. Si uno confía, más fácil decide, pero con duda, viene otra duda, y así nos tapamos de dudas… Una sensación bastante poco querible.

¿Cuál es la solución? Es algo que no está en mis manos responder, ya sea porque no quiero, ya sea porque no lo se, pero no tengo la respuesta en este momento.

¿Cómo decide uno cuando está en duda? Algunos meditan, otros lo dejan al azar: TA-TE-TI, a cara o cruz, o simplemente que lo decida el destino, o el transcurso del tiempo. Métodos que me resultan muy poco ortodoxos a la hora de confirmar resultados.

Y sin embargo, a pesar de que me quejo del azar y las metodologías extrañas, mi forma favorita de resolver mis litigios internos cuando no se que hacer, es deshojar margaritas.
Simple, ágil, a veces hasta divertido, pero nadie puede decir si al final es o no es efectivo. Al fin y al cabo, todo depende de uno mismo, las acciones posteriores y las circunstancias son las que nos llevan al resultado final y a la satisfacción o la decepción.

Así es como, en todo momento, en todo lugar, estoy deshojando margaritas.


ME PASO MI VIDA ENTERA, DESHOJANDO MARGARITAS.

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